Incluso los que hemos valorado positivamente el trabajo y los resultados de Manolo Jiménez al frente del banquillo sevillista, hemos coincidido con sus detractores en que dilapidaba gran parte de su incontestable éxito merced a sus kafkianas y peculiares ruedas de prensa. En lugar de responder en más de una ocasión con simples monosílabos, como requería la propia situación, amén de la identificación y de la filiación del reportero de turno, el de Arahal gustaba "enrollarse" en demasía, proporcionando excesivas explicaciones que a nada conducían y que sólo servían para facilitar alimento a una jauría cada vez más sedienta de sangre, toda vez que sus "infalibles" previsiones tardaban demasiado en hacer su aparición.
Cambió el inquilino del banquillo y pudo parecer que, a partir de entonces, por mor de su óptima relación con los chicos del cuarto poder, la cosa iba a cambiar.
No ha sido así finalmente. Antonio Álvarez -debe ser un extraño virus que provoca un afán desmedido por los micrófonos- se despachó a gusto a mediodía del pasado lunes (no es la primera, ni será la última vez) en los micrófonos de Canal Sur, la radio que, dicen, es "la nuestra":
- "La plantilla que tenemos no es la de hace unos años y tenemos que ser conscientes de los objetivos reales del Sevilla, porque ganar la Liga, con Barcelona y Madrid, es muy complicado. Nosotros tenemos que estar en la lucha del tercer al sexto puesto". Cuando la meta fijada por el club es, como mal menor, el cuarto puesto de la clasificación, no puede –no debe- el máximo responsable del banquillo rebajar tan drásticamente las expectativas. Pareciera no haberse enterado, a estas alturas, de lo que ha supuesto para la entidad la reciente debacle ante el Sporting de Braga.
- "No hay ningún problema con Luis Fabiano, siempre pongo a los que en mejores condiciones están. Negredo estaba trabajando bien, jugó con el Levante y rindió como queríamos. Por eso ante el Dépor creí que debía seguir él. Yo me equivoco, pero soy el que tomo las decisiones y no tengo en cuenta ni los debates ni lo que diga nadie. Mi idea es repartir los esfuerzos". Bien, y sin más trascendencia, lo dicho hasta aquí por el técnico. Se trata de una opinión que, aunque a mi entender también sobra, no compromete más allá de lo normal las valoraciones sobre la actitud y la aptitud de los protagonistas mencionados.
Ahora bien, la cosa se complica cuando manifiesta:
- "Yo le dije a Acosta que lo mejor para él era una cesión para que tuviera los minutos que aquí no iba a tener, pero no sé si fue que no encontró equipo"; e igualmente, cuando reconoce que quizá sea conveniente no utilizar a Romaric en los partidos de casa: "Es evidente que hay un desencuentro con la grada y eso puede ser perjudicial. Hay situaciones en las que sí podremos meterlo en partidos de casa, pero se tienen que dar".
Ambas valoraciones –sin entrar en la oportunidad, o no, de dichas medidas que sería motivo de otro debate- evidencian un alejamiento de los intereses generales del club, poniendo en la picota –y rebajando indiscutiblemente su caché- a dos profesionales que no pasan por sus mejores momentos; más aún cuando el primero de ellos parece haberse repuesto, por fin, de su particular vía crucis de dos años de lesiones y el segundo afronta, por vez primera, una temporada en las mejores condiciones físicas desde su llegada.
Aunque siempre he preferido valorar al entrenador –continuaré haciéndolo- por lo que, resultados en mano, platique en el banquillo y en el vestuario, más que por la locuacidad ante la prensa, parece claro que suministrar más información de la precisa en comparecencias surrealistas y absurdas producen más quebranto que beneficio, más aún cuando él está obligado a ejercer como uno de los máximos valedores de los intereses generales del Sevilla.
Cosas de un técnico en formación, también en esto… A ver si aprende.
P.S.- Tras la publicación de esta columna, fuentes muy próximas al órgano rector sevillista me comentan respecto a las desafortunadas palabras de Álvarez sobre Acosta que, contrariamente a lo expresado por el técnico, fue él mismo el que frustró la cesión ya consumada del jugador argentino a un club europeo porque quería seguir contando con su participación. O sea, todavía peor.
Asi es Paco.
ResponderEliminarEl tema de Acosta es todavia mucho mas grave al ser una manifestacion falsa.
Esto tiene muy mal color.
Si uno supiera que esto trae algun beneficio, pues vale, adelante.
Pero no es el caso. Creo que esto deberia estar mas controlado por parte de la Entidad.
Enhorabuena por el post Paco. Creo que la coincidencia en el tema a tratar va en el sentido comun.
Me da que no sera la 1ª ni la ultima que coincidamos.
Un abrazo amigo.
Y lo peor, es que Antonio lo está haciendo todavía mas inoportuno que Jiménez. Desde luego, en la rueda de prensa de marras se ha lucido. Un abrazo.
ResponderEliminarJuan Angel, Alexis, no lo olvidéis:
ResponderEliminarMás vale caer en gracia que ser gracioso.
Lo peor es que está desaprovechando toda la vaselina que el papafritismo le está brindando y que desgraciadamente serán los que, llegado el momento, se le tiren a la yugular.
Un abrazo.