Una apisonadora frente a un blandiblú. Un equipo frente a diez (hasta el minuto cuarenta y cuatro, once). Un entrenador que conoce a su plantilla (tercer año en el banquillo) frente a otro que anda en ello (tres semanas enterándose de la película). Tensión e intensidad frente a relajación y pasotismo. Y así podríamos seguir...
Decía José María del Nido, al hilo del futuro reparto de la tarta televisiva, que el Racing no podía ir entregado al Bernabéu a que le metieran seis. ¿De qué forma vamos, entonces, nosotros al Camp Nou para que nos metan cinco?
Se trataba de conjugar el verbo "competir", algo que nuestros profesionales parecen haber olvidado. El entrenador, a un mes de su aterrizaje, incide en probaturas, que creíamos felizmente superadas, claudicando a los requerimientos que, durante toda la semana, le ha venido practicando la prensa "independiente": "dos delanteros Goyo, dos delanteros, ¿los veremos?". Y allí que va Gregorio a complacer a los genios que pregonan aquello del "Kanouté y Luis Fabiano, siempre".
Aunque el malí, se incrusta, de manera descarada, en el centro del campo, no deja de ser cierto que Álvaro Negredo, esta temporada, está en mejor forma y disposición que cualesquiera de los otros dos puntas. Para colmo, parece haber oido los mismos cantos de sirena que su predecesor para atreverse a alinear en el Camp Nou un mediocampo con menos garras que el gato con botas: Renato, Romaric, Capel y Perotti, han disfrutado del espectáculo desde una localidad privilegiada. Si acaso, se salva el africano porque, como siempre, no se escondió y porque se convirtió, con un raspado aprobado, en el más claro exponente de la casta y el coraje de sus compañeros de línea, que ya es decir. Los de atrás ni fu ni fa: Javi Varas, pudo hacer algo más en los dos lejanos disparos que, convirtiéndose en gol, cerraron la cuenta; Cáceres y Alexis, aguantaron como pudieron la avalancha que le llegaba, a borbotones, desde el círculo central y Luna, al menos, derrochó el sentimiento que tanto se echó en falta en los demás. Para el final dejo a Konko: primera tarjeta amarilla en el 40, para, cuatro minutos después, con 2-0 en el marcador, pedir vergonzosamente la "excedencia voluntaria" en busca de la ducha. Gesto, a mi entender, claramente sancionable desde la dirección técnica.
El doble cambio del minuto 46 de poco sirvió cuando, al instante, ya en clara inferioridad, se encaja el tercero. El castigo para Negredo fue aun peor: minuto 69, y "a jugar... " con 4-0 en el electrónico; con todo, también derrochó esa intensidad que, en la mayoría de sus compañeros, se echó en falta.
Y algo para hacérselo revisar, que resume todo lo debatido sobre la actitud: fin del partido, 5-0, el Barcelona presionando en todas las líneas y el Sevilla que finaliza el encuentro con diez faltas cometidas, por once del Barcelona. En otros tiempos te podían hacer una manita, cabía la posibilidad del accidente, pero las tres docenas de faltas sobre el contrario no te las quitaba nadie. El resto de la estadística es igual de infame: Disparos entre los 3 palos: 10 para los locales, 1 para el Sevilla; tiros fuera: 6 por 1; llegadas al área: 26 por 3; saques de esquina: 11 por 1. ¿Competir, eso qué es?, dirán algunos.
Y por eso, hoy, me niego a enjuiciar al Turienzo de turno. Nos pasaron por encima desde el pitido inicial al 90 y menos más que no concedió alargue alguno.
FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO
F.C. Barcelona 5 - Sevilla F.C. 0
F.C. Barcelona: Valdés; Daniel, Puyol (Adriano, 65), Piqué, Abidal; Busquets, Xavi (Mascherano, 60), Iniesta; Pedro (Bojan, 60), Messi y Villa.
Sevilla F.C.: Javi Varas; Konko, Alexis, Cáceres, Luna; Perotti (Dabo, 46), Renato, Romaric, Diego Capel; Kanouté (Negredo, 69) y Luis Fabiano (Zokora, 46).
Goles: 1-0: Min. 4, Messi. 2-0: Min. 23, Villa. 3-0: Min. 52, Daniel. 4-0: Min. 63, Messi. 5-0: Min. 90: Villa.
Árbitro: El castellano-leonés Turienzo Álvarez. Expulsó con doble tarjeta amarilla a Konko (min. 44). Amonestó a Puyol por parte local y a Kanouté y Alexis por el Sevilla.
Incidencias: Partido correspondiente a la 9ª jornada de Liga disputado en el estadio Camp Nou de Barcelona ante 90.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
Humillados, ultrajados, avergonzados. En fin, Manzano cada día demuestra más que no es un entrenador para equipo grande. Ya sé que es pronto, pero los antecedentes no son alagüeños. Un abrazo.
ResponderEliminarDefinitivamente Paco, esta no es nuestra liga. Imaginemoslo cual seria en el futuro con el dichoso contrato televisivo.
ResponderEliminarEsta noche, yo mas que verguenza he sentido impotencia.
Si ya de por si al Barcelona le hace falta muy poco para barrerte, encima si tu intensidad en el juego esta bajo minimos y ademas te conviertes en una maquina de regalar balones al contrario, pues apaga y vamonos.
Con un 5-0, hoy hay pocas ganas para poco mas.
Un fuerte abrazo Paco.
Lo mismo que en agosto. Y como duele por Dios.
ResponderEliminarUn abrazo