1-0. Año nuevo... ¿vida nueva?

Un sí rotundo debiera ser la respuesta a la pregunta del titular, sin embargo el equipo ha vuelto a dejar plasmadas muchas dudas, sobretodo a lo largo del segundo tiempo.

No fue así en el primero donde el Sevilla, con Navas en su banda, tres meses después -tres meses, se dice pronto-, parecía radicalmente distinto al de esta temporada: hasta cinco ocasiones se generaron, tres de ellas clarísimas, en los primeros cuatro minutos. El "duende" volvía a casa por año nuevo y hacía de las suyas frente al osasunista Oier, aunque ni Negredo, ni Kanouté acertaron con la portería.

Los primeros cuarenta y cinco minutos han sido de dominio sevillista, de más a menos, pero dominio al fin y al cabo. La superioridad tuvo reflejo en el marcador en el minuto 35 en la que Kanouté remató de cabezazo espectacular un preciso lanzamiento de falta de Navas desde el costado izquierdo. Y ese fue justo el momento en el que los blancos -increíblemente- cedieron el balón al contrario, sabedores de la importancia de los puntos en juego pero con todavía mucha tela por delante, más de medio partido. Bien es cierto que los navarros no inquietaron en demasía la meta de Palop, pero el peligro siempre está latente si el balón merodea el propio área en lugar del ajeno. No cerró el Sevilla el partido como debió hacerlo y los minutos comenzaron a contarse, insufriblemente, muy lentamente.

La zona ancha volvió a serlo demasiado, una vez más: sólo Zokora, que se cargó con una tarjeta para que lo haga revisar, aparecía por el círculo central e, increíblemente, Romaric y Kanouté jugaban demasiado juntos, casi estorbándose, pero muy alejados de la línea de creación sin que la posición de ambos se corrigiera desde el banquillo; para colmo Capel tampoco estuvo a su nivel habitual, ni en ataque ni en la labor de apoyo al centro del campo; arriba un aislado Negredo, poco podía hacer ante la ausencia de juego de ataque.

Se ganó que era lo importante y esos tres puntos han de servir para ganar en confianza en busca de mejores logros no sólo en el marcador (que es lo primero) sino en ese pretendido virtuosismo que ha de llegar por añadidura. De momento, se rompió el maleficio que, visto lo visto, no es poco. Sólo valía ganar y, hoy, con un fútbol denostado no hace mucho cuando ocupábamos posiciones de privilegio ahora envidiables, lo hemos vuelto a hacer.

No puede pasarse por alto la ridícula actuación del colegiado Álvarez Izquierdo. A la media de hora de juego sólo había señalado dos faltas a favor de los locales mientras situaciones similares las convertía en peligrosos lanzamientos en las inmediaciones del área de Palop. Increíble la ausencia de presión que reciben los trencillas en el Sánchez Pizjuán, no sólo de los profesionales de blanco sino, incluso, de una grada que no reaccionó hasta que un clarísimo penalti sobre Jesús Navas -agarrón que todo el mundo vio, incluido el equipo arbitral- fue ignorado ante el estupor general. El partido discurría entonces por la media hora de juego. Poco después llegó el gol de Kanouté para olvidarnos todos del oprobio, aunque no está de más recordarlo.

VÍDEO DEL PARTIDO:

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FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla F.C. 1 - C.A. Osasuna 0

Sevilla F.C.: Palop; Dabo, Alexis, Escudé, Fernando Navarro (Cáceres, min. 88); Jesús Navas (Alfaro, min. 91), Zokora, Romaric, Capel; Kanouté y Negredo (Renato, min. 75).

C.A. Osasuna: Ricardo; Nelson, Flaño, Sergio, Oier; Juanfran, Puñal, Soriano (Sola, min. 65), Damiá (Calleja, min. 71); Vadocz y Aranda (Lekic, min. 85).

Gol: 1-0, min.35: Kanouté.

Árbitro: El catalán Álvarez Izquierdo. Amonestó a Zokora, por el Sevilla; y a Soriano, Oier, Puñal, Nelson y Vadocz, por Osasuna.

Incidencias: Partido correspondiente a la 17ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 35.000 espectadores. Terreno de juego en perfectas condiciones.